Mi pesadilla comienza en una ciudad sudafricana, concrétamente Ciudad del Cabo. Son las 20.30 de la tarde, apenas hay luz, el sol ha decidido marcharse por miedo a la terrible batalla que se puede desencadenar. Años de ostracismo, reproches, excusas y árbitros "gandules". Por desgracia enfrente hay uno de los peores rivales a las primeras de cambio, 'la roja' vuelve a encararse con la suerte y se juega el primer asalto con una potencia mundial. ¡ El baile puede empezar !
Esta somera estupidez literaria pretende representar el real canguelo, y que nadie se tome esta palabra a mal, que a veces me entra cuando pienso en los Octavos de final del Mundial.
Habrá quien diga que primero debemos medirnos a los rivales de grupo, y 'bla, bla, bla'... pero mire usted, si por primera vez en la historia, al menos con titulos ya en la mochila, vamos como grandes favoritos, nuestro Mundial debe empezar en Octavos. Pero lo hace de la manera que menos me gusta.
Costa de Marfil, Portugal o Brasil, o lo que es lo mismo Drogba, Ronaldo o Kaka'. Evidentemente, y por desgracia, estos equipos no son solo eso. Tras ello tienen un séquito de estrellas mundiales que hacen del cruce un duelo fraticida.
Sí, de acuerdo, para ser Campeón hay que ganar a todos, pero sabiendo que estos partidos se definen en detalles, hubiera preferido tener en frente menos jugadores por metro cuadrado capaz de perfilar dichos detalles.
En definitiva, que al cerrar los ojos veo unos Octavos de final con una dureza como nunca antes la hemos visto. Mal recuerdo me trae la Francia de Zidane en el último Mundial. Por cierto, como llega el calor y mojarse está bien, si me dan a elegir un rival... Brasil. Y es que si eliminamos a los cariocas, seremos dóblemente favoritos.