viernes, 14 de mayo de 2010

Sin sangre no hay gloria

Antonio Lucas "Lobo" / Cieza.


El mundo continúa su ritmo cansino y distraído, siempre silbando canciones del pasado y girando en pos de una verdad que nunca existirá como tal, avanza alienado ignorando que en Sudáfrica se detendrá durante unos segundos. Es el autoengaño de la prepotencia.

Un Mundial encierra en sí mismo retazos de lo que un día fue el hombre, el instinto ancestral de la supervivencia subyaciendo al enfrentamiento entre los pueblos. Contiene todas las batallas acontecidas, tiene algo de las medievales, de su nobleza y su pecho descubierto a la hora de enfrentarse al enemigo y a la muerte, aunque también guarda un parecido con la estrategia mortífera y atroz de la Segunda Guerra Mundial. El caso es que el mundo dedicará unos momentos a mirarse a sí mismo de nuevo a través del prisma del deporte, concretamente del rey fútbol, eso es lo maravilloso de este evento.

España ya vibra de emoción y potencia contenida, únicamente a la espera del final de una liga de titanes. La guerra civil entre Madrid y Barca siempre tendrá algo de fraticida, se quiera o no, y eso desmerece cuando hay todo un mundo de “enemigos” ahí fuera. El país está ansioso por una batalla donde la nación sea toda una y eso es el Mundial, ni más ni menos.

Del Bosque ha dado una lista de preselecionados para el campeonato y la conclusión es alentadora: la única polémica está en el tercer portero. Valdés, De Gea o Diego López. No recuerdo una convocatoria con menos frentes abiertos antes de una Eurocopa o un Mundial, otro síntoma de la estabilidad de los últimos tiempos y del talante acertado de Del Bosque, contrario a excentricidades ególatras de tipo Clemente o Aragonés.

Otrora, Buyo, Michel o Raúl fueron las banderas de una revolución previa a las grandes citas. A día de hoy sólo tenemos “el problema” en la portería. Los españoles se resisten a renunciar al placer del debate nacional, prueba de ello es el artículo anterior sobre Reyes, de algo hay que hablar y es que, como dice Alfredo Relaño, qué bonito es discutirle al seleccionador.

1 comentarios:

Héctor Rubio dijo...

Fenomenal artículo Sr. Lobo, me descubro ante su prosa.

En este Mundial, la única nandera y el único color será el ROJO.

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